Foto: qp news |
Los incondicionales no les faltan y no es para menos porque colección tras colección fascinan con su puesta en escena y sus líneas tan femeninas a la par de sencillas. Hacen gala de la sencillez como clave de estilo y belleza reduciendo los accesorios a la mínima expresión: zapatos y bolsos transparentes de vinilo en colores tostados y pendientes circulares en corcho y metacrilato.
En esta ocasión sus influencias se han movido entre el mundo de la pintura y el de la danza.
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Destacan los tonos contrapuestos como el amarillo oro (presente en las blusas de seda), el rosa y el azul verdoso enfrentados a los neutros y mates como el crema, el marrón, el verde pardo y el negro (perfectos para pantalones o faldas) fruto de la influencia de los artistas del movimiento francés Nabi entre los que se encuentran Maurice Denis, Édouard Vuillard y Pierre Bonnard.
Por otro lado se hacen representativas las prendas lenceras y vestidos de estructura simple pudiendo evocar prendas interiores como camisones. Las coreografías, escenografías y vestuarios de la danza contemporánea de Pina Baush tienen mucho que ver con esta tendencia tan comoda, natural y fácil de llevar.
En definitva, el minivestido con divetidos estampados cada vez le quita más protagonismo al pantalón y los demás vestidos se quedan a la altura de la rodilla siendo mas vaporosos y naturales que nunca tanto en formas como en materiales.